jueves, septiembre 8

En las mazmorras

-¿Que hacemos aquí?... está todo oscuro...
-Ya vedáz.
-Le temo a la oscuridad.
-Pedo ezz entdretenida... ya vedáz.
-Maestro, yo...
-Shhttt... paz-cienzia... zierra loz ojoz.
¿Para qué?... si ya está todo oscuro... no veo ni mi nariz...
-Conzentdrate... Mida, laz cozaz eztán azí. Eze druido de zerraduda que ezcuchazte haze algún inztante eda yo zerrando la puedta de laz mazmorraz. El zegundo druido, he zido yo dropezando con quien zabe que coza...
-Y el tercer ruido????
-Cuad terced druido?...
-¿Ese que sonó como una llave cayéndose al suelo?...
-Ah... zi... ez que cuando me dropezé ze me cayeron laz llavez...

... ... ...

-No tiditez como un padanoico... zolo zígueme...
-¿Y como?
-Zólo no zuedtes mi toga...

Ulderick Dedosrapidos es el mas grande y desconocido prestidigitador de La Faja. Quería formar una familia con su Hadita Pequeña, pero como en la familia de las hadas no era bien visto su oficio por que todo el que sea rápido de manos es sospechoso... decidió ser todo un profesional y entró a la Escuela de Magia, Hechicerías y otras Artes. Sus buenas aptitudes y aplicación permitieron que Bruno Zizino, profesor de lenguas mágicas muertas, lo tomara como ayudante y discípulo (además que era capaz de preparar un buen té de yarbas en segundos y a Zizino le gustaba mucho el té de yarbas). Se encontraban en las mazmorras. No muchos magos bajan a las mazmorras de la Escuela. Y de los que bajan no muchos vuelven. Bruno Zizino va y viene por ellas como si fuera su segundo hogar. Es el decano de la Escuela y un poderoso mago de metro veinte de estatura... no..., no se parece a Yoda... mas parece un búho que le guiña un ojo a un ratón y le dice:¿qué hay de cenar?. En estos momentos le pide a Ulderick que encienda una tea porque en la profundidad multidimencional de las mazmorras la oscuridad huye asustada.
-No traigo cerillas...
-Acazo edez tarado... haz fuego... mad-dizión.

Uldy se concentró... sintió como las hebras de magia se encendieron y se movieron desde su pensamiento hasta su cerebro físico... hasta su cabeza... hasta su cuello... hasta sus brazo... hasta que recordó el incendio provocado en la sala... –maestro... este... esta segu...
El ojo de Zizino brilló desafiante en la no oscuridad...

... hasta su brazo... hasta sus dedos... una línea de fuego comenzó a hacer unos caprichosos rizos en el aire y sin decir fuego va... aceleró a velocidad crucero buscando su objetivo. Un segundo después las antorchas de las mazmorras brillaban con un agradable y danzarín color amarillo. Un largo pasillo se veía a lo lejos. Raras e inquietantes sombras se movían por todos lados...

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