Haré un resumen comprimido del capítulo anterior:
http://historiasabsurdasysinsentido.blogspot.com/2007/08/el-fin-del-principio-parte-iv-el.html
Abs,tioluchoyociofueronculpadosdecrimenesquenocometieronylaopinionpublicalosquisolinchar.
Abs,tioluchoyociofueronculpadosdecrimenesquenocometieronylaopinionpublicalosquisolinchar.
Seescondieronenelmuseodehisteria,perdon,historianatural.Coincidentementelaligadelmalllegó
almuseoenbuscadeunallaveparaabrirunextrañocofreanterioralaepocapreincaica.Hubounabatalla
enlacualnuestrosamigossalieronperdedoresdebidoaquelafórmuladeladraSuitfavorecióalaligadel
malaumentandosuspoderes.Sucubusllenóelmuseodeexplosivosc4caserosylovolóconnuestros
amigosenelinterior.Estofuetransmitidoporcadenanacional,porlaseñalinternacionalytvonline...
lamasaperturbadadejódeestarlo(porelmomento)ycomenzóallovercopiosamenteenlaciudad.
Segundos antes de la explosión... — ¿Este es nuestro fin? —dijo un desolado Ocio.
Abs, medio aturdido, solo balbuceaba algunas palabras incoherentes...
—Pobre sobrino— lamentaba Tío Lucho. —Está delirando.Un botón de radio control hizo “clic”. Todo el museo explotó, dejando enterrados a tres seres cuya última duda existencial fue: “que es lo que hicimos mal...”Después de la explosión hubo silencio. Todo el mundo, incluso la liga del mal se fue retirando lentamente. Comenzaba a llover nuevamente en la capital.
Todo fue blanco. Luego todo fue negro. La sensación fue la de estar siendo absorbido como la luz en un agujero negro. Los segundos se hicieron eternos... pero fueron solo segundos, quizá milésimas. De pronto la masa se transformaba en energía. Curiosamente no dolía. “¿Así se siente morir?” pensó Ocio. De pronto todo se detuvo. La sensación de estar viajando por un vórtice cambió por la de estar detenido sobre tierra firme.
Ocio comenzó a abrir lentamente los ojos. Vió a Abs tendido en el piso. A Tío Lucho sobándose el trasero... el resto del panorama era... desgarrador.
Un simple vistazo a lo que estaba frente a sus ojos habría desquiciado a cualquiera (pero Ocio no era cualquiera, era el gran Capitán Ocio: Paladín de la justicia y admirador de la buena ciencia ficción). El mundo en el cual se encontraban era absolutamente distinto al que conocemos. Un cielo eternamente rojo, sin nubes ni sol, se extendía mas allá de donde la vista alcanzaba. No había atisbo de plantas o animales... solo rocas y... esos extraños entes que iban y venían sin un rumbo fijo. Entes de extraños peinados, piercings, tatuajes, rostros pálidos, ojos profundamente depresivos... y apariencia de “nada me importa en esta vida de mierda”
— ¡Esto es el infierno! —dijo Ocio, sin poderlo creer...
—Yo diría que no —dijo Tío Lucho, rascándose la panza... —Créeme que yo he estado en el infierno y no es así... es mas lúdico. Esto es apatía púra... ¿no te recuerda a un programa de Eva Gómez...?
Segundos antes de la explosión... — ¿Este es nuestro fin? —dijo un desolado Ocio.
Abs, medio aturdido, solo balbuceaba algunas palabras incoherentes...
—Pobre sobrino— lamentaba Tío Lucho. —Está delirando.Un botón de radio control hizo “clic”. Todo el museo explotó, dejando enterrados a tres seres cuya última duda existencial fue: “que es lo que hicimos mal...”Después de la explosión hubo silencio. Todo el mundo, incluso la liga del mal se fue retirando lentamente. Comenzaba a llover nuevamente en la capital.
Todo fue blanco. Luego todo fue negro. La sensación fue la de estar siendo absorbido como la luz en un agujero negro. Los segundos se hicieron eternos... pero fueron solo segundos, quizá milésimas. De pronto la masa se transformaba en energía. Curiosamente no dolía. “¿Así se siente morir?” pensó Ocio. De pronto todo se detuvo. La sensación de estar viajando por un vórtice cambió por la de estar detenido sobre tierra firme.
Ocio comenzó a abrir lentamente los ojos. Vió a Abs tendido en el piso. A Tío Lucho sobándose el trasero... el resto del panorama era... desgarrador.
Un simple vistazo a lo que estaba frente a sus ojos habría desquiciado a cualquiera (pero Ocio no era cualquiera, era el gran Capitán Ocio: Paladín de la justicia y admirador de la buena ciencia ficción). El mundo en el cual se encontraban era absolutamente distinto al que conocemos. Un cielo eternamente rojo, sin nubes ni sol, se extendía mas allá de donde la vista alcanzaba. No había atisbo de plantas o animales... solo rocas y... esos extraños entes que iban y venían sin un rumbo fijo. Entes de extraños peinados, piercings, tatuajes, rostros pálidos, ojos profundamente depresivos... y apariencia de “nada me importa en esta vida de mierda”
— ¡Esto es el infierno! —dijo Ocio, sin poderlo creer...
—Yo diría que no —dijo Tío Lucho, rascándose la panza... —Créeme que yo he estado en el infierno y no es así... es mas lúdico. Esto es apatía púra... ¿no te recuerda a un programa de Eva Gómez...?
Abs seguía inconciente. Ocio trató de pedir ayuda a aquellos extraños e indescriptibles seres. Pero estos no respondían. Estaban en un estado de trance perpetuo. A lo lejos se divisaban los familiares restos de una construcción... una antigua torre de telecomunicaciones... enterrada hasta casi su cima. Pero era reconocible...
—No puede ser... —Tío Lucho abría inmensamente los ojos tratando de ordenar las ideas
—La torre entel!!! —Ocio cayó de rodillas. —lo hicieron... estos malditos lo hicieron!!!
De pronto los extraños entes salieron de su errático deambular y fijaron sus feroces miradas en nuestros amigos...
—Será mejor que escapemos— dijo tío Lucho. Levantaron entre los dos a Abs y comenzaron a correr en dirección opuesta a los entes... pero eran demasiados... salían de una y otra parte, no había donde ir...
— ¡Rápido, por acá! — gritó una lagartija gigante apareciendo detrás de unas ruinas. No hubo mucho tiempo para pensar, le hicieron caso. La comenzaron a seguir por unos ocultos pasadizos que se descendían al subsuelo. Nadie decía nada. Solo Abs, comenzando a despertar balbuceaba algo del espacio-tiempo que nadie entendía.
Después de adentrarse algún tiempo en las profundidades de la tierra, tío Lucho y Ocio no pudieron menos que asombrarse con lo que aparecía ante sus atónitas miradas. Una ciudadela asentada en el subsuelo de la tierra... era el antiguo centro de Santiago que tanto conocían... la biblioteca nacional, la moneda, la base de la torre entel y el cerro Santa Lucía, que se enterraban en el techo de la bóveda que abrigaba los edificios. Los habitantes eran mas extraños... cientos seres zoomorfos poblaban esos edificios y vivían como podían. Habían lagartijas, perros, cucarachas, hormigas, gatos, palomas, etc., etc., etc.
La lagartija gigante los condujo hasta un edificio en donde tenía su modesto departamento.
—Pónganse cómodos— les dijo a los héroes. Luego agregó —Ustedes no son de aquí. Son humanos normales, eso no es posible. ¿De donde vienen?
— ¿Por qué no es posible?, ¿aquellos de arriba no son normales? — preguntó el tío.
—Esos son EMOS... humanos que han vivido por siglos bajo el influjo del GRAN EMO.
— ¿Siglos?, ¿en que año estamos? —preguntó Ocio.
—En el 2553 DC, ¿no lo sabían? ¿Quiénes son ustedes?
Tío Lucho pidió algo de beber ya que la historia sería larga, le pasaron algo que gloriosamente sabía a cerveza artesanal y que por salud mental no quiso saber que era. Le contó a la lagartija gigante de la liga del mal, del árbol mutante, de la momia, de la explosión. La lagartija iba abriendo más y más los ojos, asentía y parecía comprender por primera vez muchas cosas.
—Entonces ustedes vienen del pasado!!! —dijo la lagartija.
—tal parece que si—dijo tío Lucho, rascándose la cabeza — ¿Cómo?, ni idea...
—Fui yo— dijo Abs, un poco menos aturdido y sobándose el coxis.
— ¿Tú? — preguntó Ocio...
—Antes de explotar, intenté una tele transportación. Al parecer la onda expansiva nos llevó un poquitín más lejos de lo presupuestado... jeje.
—Ahora me toca a mí relatarles una antigua historia que me contó mi abuelo y que a su vez se la contó el abuelo y así... a través de los tiempos— dijo la lagartija abriendo una de esas extrañas cervezas.
En algún momento del pasado, un hombre cegado por su afán de venganza liberó un antiguo poder que había permanecido encerrado en un cofre. Esa fue la perdición de la raza humana pues el GRAN EMO fue liberado y cubrió a los hombres antiguos con su velo de oscuridad y desesperanza. Los transformó en los seres sin voluntad que son ahora. Muchos intentaron detener al GRAN EMO y perecieron en el intento. El GRAN EMO perpetuó y extendió sus dominios por todo el planeta. Unificó a las clases gobernantes en un solo movimiento llamado “Gordismo-Alianzismo”. Utilizó crueles sistemas de sometimiento como el... eh...“Trans-anti-algo”. Dicen que era horrible, la esperanza y la voluntad de las personas se perdió frente a tal tortura. Utilizó la televisión para hacerles creer a todos que todo estaba bien y crearles falsas expectativas... luego les hizo ver la verdad en un golpe maestro. Todos quedaron reducidos a estropajos humanos sometidos al poder de su oscura y perversa mente.
Poco a poco, nuestros amigos se enteraron con horror como el futuro había sido convertido en un infierno en la tierra. Los únicos que se salvaron fueron los seres con mas sentido común y con el más alto sentido de supervivencia... los animales y algunos NERDS. Se alejaron del hombre y dejaron que la evolución hiciera el resto.
— ¿Nunca han encontrado la forma de detener al EMO? —preguntó Ocio.
—Ya dejamos de buscar, pues vivimos en paz en nuestros cubiles subterráneos.
— Pero, ¿No les gustaría poder disfrutar de la luz del sol? —insistió Ocio
—Es un precio que tenemos que pagar a cambio de vivir en paz.
—El museo... el de historia natural... ¿se podrá llegar a sus ruinas? —preguntó Abs.
—Si, claro yo los puedo llevar. Por cierto... sabías que me pusieron el nombre de un tataratataratatara...tío?...
—¿Si?...¿Y como te llamas?
—Absurdo Lagartijo!!! —dijo la lagartija— soy descendiente tuyo. Jajajaja.
—Oh... cielos... no quiero saber... —dijo Abs imaginando a algún tío de él, metiéndose con un reptil...
Absurdo la lagartija llevó a nuestros amigos a las ruinas del museo. Estaba todo mucho mas derruido. Abs trataba de concentrarse para poder manejar la realidad del espacio-tiempo. Muchas veces había logrado tele transportarse a lugares distantes... pero no a otras épocas. Estaban en el punto de partida del viaje. Solo tenía que saltar en el tiempo. Pero como...
—Nos haría falta una explosión como la primera —dijo Ocio.
—No es posible, acá no manejamos explosivos —dijo la lagartija un poco incómoda.
—Yo me podría encargar si me consigues más de esa cerveza —dijo Tío Lucho, un pelín chispeado por las 5 que ya se había tomado.
—Yo me encargo —dijo Lagartijo y se marchó en busca de las “municiones”
Pasó un rato, luego otro y al final del tercer rato, la lagartija apareció con un barril de la mas rica, rara y espumosa cerveza artesanal. Tío Lucho no se hizo esperar y se puso a tomar.
—Piensa lanzar un eructo gigante!!! —dijo Ocio —Pero eso puede provocar que se derrumbe el cielo sobre toda la ciudad...
—Es cierto —dijo Abs. Luego se dirigió hacia la lagartija. —Eres Absurdo Lagartijo. Y si eso es cierto deberías tener la facultad de manejar la realidad.
— ¿Qué yo queee?... —dijo la lagartija asombrada —Yo solo soy una simple y respetable lagartija.
— ¡Que bah... eres de la familia! —gritó Abs arrojándole una piedra. La lagartija se puso a la defensiva...
—Hey... no me arrojes cosas!!!
—Vamos!!! Defiéndete bicharraco!!! —gritó Abs, arrojándole palos y mas piedras. La lagartija solo atinó a soltar su cola...
—Viste lo que me hiciste hacer!!!
—Defiéndete... supi!!! Pua pua pua... gallina!!!
La lagartija de pronto deseó no ser atacada y las piedras comenzaron a rebotar a unos centímetros de ella.
—Un campo de fuerza!!! —dijo Ocio.
—Lo sabía. —replicó Abs. Absurdo Lagartijo no cabía en su asombro. Tío lucho estaba ya medio ebrio y listo para lanzar un megasónico eructo...
—Bien... es hora de despedirnos —dijeron los héroes a la lagartija. —Si todo va bien, volveremos a nuestro tiempo y restauraremos el futuro. Podrán vivir todos en paz y armonía mirando el sol y las estrellas... (snif... que lindo ¿no?). Se fundieron los cuatro en un abrazo.
Lagartijo no tuvo que concentrarse tanto para lograr una esfera de fuerza que elevó a los tres amigos por sobre el suelo. Abs se concentró en volver a casa. Unos zapatos rojos le aparecieron a Ocio...
—Debes ayudarme golpeando los tacones!!! —gritó Abs.
—Esto es ridículo —dijo Ocio.
Tío Lucho no aguantó más y comenzó a lanzar su mas grande y sonoro eructo dentro del campo de fuerza. Lagartijo tuvo que usar toda su concentración en aguantar el poder generado en el interior de la esfera de energía.
— ¡¡¡Ahora Ocio!!!
—No hay mejor lugar que el hogar, no hay mejor lugar como el hogar... clap, clap —Ocio golpeó los tacones. La esfera explotó lanzando a lagartijo varios metros hacia atrás. Luego hubo una pequeña implosión y solo un punto de luz quedó flotando en el aire por unos segundos.
—Adiós amigos... —dijo Lagartijo.
N de A: agradecimientos mi cumpa "iluso", sin su valiosa ayuda no habría salido nunca la V parte de esta heroica y absurda saga.
1 comentario:
aii jajajja las fotoss estan padrisimas!
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