El cyborg se abría paso por oscuros callejones. La Dra. Elena M. Suit había entendido que sería inútil malgastar sus fuerzas tratando de safarse de su captor. Había decidido esperar el mejor momento para escapar. Lo que no sabía era que sería testigo de la más grande reunión de villanos en la historia del país (claro, sin considerar las reuniones diarias del senado y la cámara de diputados).
Cyberpungator abrió la pesada puerta de metal al final del callejón más oscuro y peligroso de la ciudad. Tan peligroso era que ni los del gremio de LACOCA (ladrones, carteristas y cogoteros) se atrevían a transitar. En el interior, el ambiente estaba denso y en penumbras. Olía a una extraña mezcla de incienso, tabaco y sopaipillas fritas en aceite recalentado mil veces. Las extrañas miradas de los que estaban reunidos a la mesa, iluminada solo por una lámpara colgante, quedaron clavadas en los recién llegados.
—Dra. Suit, sea bienvenida. Perdone que le hayamos traído de esta forma. Nos vimos en la necesidad de secuestrarla, pues voluntariamente no habría asistido a nuestra reunión. Además que el secuestro se nos da muy bien.
La voz provenía de un regordete individuo con un particularmente andrógeno modo de vestir y que ostentaba lujosos anillos en cada uno de los dedos de sus manos.
La doctora aprovechó un descuido de Cyber y haciendo una finta corrió hacia la puerta. Pero no pudo abrirla. Todos los presentes estallaron en risas malévolas. El regordete de los anillos comenzó a volar lentamente provisto de unas curiosas alas de mariposa hechas de energía electrostática. De uno de sus dedos lanzó un rayo tractor que capturó a la doc y la atrajo hacia si.
— ¡Quien es usted, que quiere de mi!- gritó la doc.
—Sabrás todo a su debido tiempo querida. Por ahora puedes saber quien soy. Soy...
—...Butterfly Surprise, tiene que ser él... ese gay hidep...—. Ocio estaba rojo de rabia.
—Calma, calma sobrino— dijo Tío Lucho. —No te agites tanto!!!
— ¿Si no quien más? —agregó Absurdo. —Fue él, el que convenció a Cyber que se pasara al lado oscuro. Y fue él quien lo unió a Lady Cachalote, la cual utilizó sus “masas grasosas” pa’ engrupírselo... si de solo imaginármelo... puaj!!! Cof cof cof... guaaaakkkk!!!
—Pobre Cyber... era un buen muchacho— Tío lucho aún le tenía estima.
Un gordo y lustroso guarén (rattus norvegicus) entró chillando a la oficina de la LCHS. Tío Lucho se alegró de verlo: — ¡Sancho, que gusto de verte!
Pero el guarén al parecer no traía buenas noticias. Frente a cada chillido la cara de Tío Lucho se iba ensombreciendo.
— ¿Qué pasa Tío? —preguntó Abs.
— Si, ¿Qué está diciendo? —Preguntó Ocio. —No logro entender su acento.
—Es que está hablando en coa... muchachos. Malas noticias.
— ¿Malas?.
—Muy malas, terriblemente malas. —Sancho dice que las ratas informaron movimientos extraños en el callejón de la mueeerte.
— ¿de la muerte? —preguntaron a coro Ocio y Abs.
—Nop... de la “mueeerte” —recalcó el tío.
— ¡Oh cielos! —dijo Ocio. Abs comenzó a sudar frío.
—Eso no es lo peor. Sancho dice además que vieron entrar a Cyberpungator con una rehén. Eso significa que Butterfly también está ahí.
—Y Lady Cachalote —dijo Ocio.
En ese instante sonó el teléfono. Abs contestó. Algo escuchó que lo dejó pálido, casi más blanco que el wc.
—Era la tía Yoli Sultanda. Dice que sintió perturbaciones en el equilibrio de la ciudad. Quiso averiguar de donde provenían...
—....Y???... —Preguntaron, medio angustiados, Ocio y el tío.
—La bola de cristal estalló.
—Ohhh!!!
— ¿alcanzó a ver algo? —preguntó tío Lucho
—Sip... el callejón de la mueeerte...
—Solo puede ser una cosa... —dijo tío Lucho. —...La liga del mal se ha reunido.
Afuera, en la ciudad, comenzaba a llover copiosamente...
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