lunes, octubre 9

El salto

El oxígeno se había acabado... solo faltaban unos cuantos metros mas. Allá, en la cima del monte más alto se encontraba su destino. Le costaba respirar. El viaje había sido rápido y no había tenido la oportunidad de aclimatar su organismo a la altura aumentando la cantidad de eritrocitos... ni siquiera habrían aumentado sus midiclorias... si existieran...

Su pié izquierdo yacía congelado al final de su pierna. Tenía un agradable color azul... había muerto, si... pero se había llevado consigo a ese maldito hongo pernicioso...

Los sherpas habían visto la mirada de aquel hombre, decidida y sombría. Aun así los acompañaron hasta el último campamento antes del ascenso. Colocaron banderas de luto y elevaron cantos y plegarias a los dioses para que lo ayudaran en este viaje... el último.

Ahí estaba la cima. Fría y solitaria. La adornaban pequeñas banderas venidas de distintas partes del mundo. El hombre había logrado su última hazaña. Clavó una hermosa bandera... la de la estrella solitaria. Descansó. Sacó de su bolso lo único que le quedaba en este mundo: una barra de caramelo y mantequilla de maní cubierta por el mas delicioso chocolate (por lo menos eso decía en el envase). La comió lentamente... era el dulce mas exquisito del mundo, tal vez por ser el último.

Luego se puso de pié como pudo. Se situó al borde de la cumbre y suspiró. Todos lo errores cometidos desaparecerían... todo se resolvería en cuestión de segundos. Cerró los ojos... “perdónenme”— dijo, y se lanzó al vació.

Dicen que cuando te suicidas tu vida pasa frente a ti en un segundo. La vida del hombre se demoró exactamente 3.8 segundos en pasar... pero el seguía cayendo... lo cual le dejó tiempo de pensar en la estupidez que estaba cometiendo.

La cuestión era que ya no había vuelta atrás. Pensó en desesperarse... pero descartó la idea ya que no habría servido absolutamente de nada.

Había escalado el monte mas alto del mundo... a 1.35 minutos de caída le impresionó mucho lo hermoso del paisaje que se extendía bajo el. Al rato después comenzó a aburrirse... el paisaje no cambiaba mucho. Lamentaba no traer un paracaídas...

De pronto algo hizo clic en su cabeza. Y comenzó a ver sus vidas anteriores... recordó cuando en la segunda guerra no se abrió su paracaídas y murió aplastado contra la tierra con honores. Recordó cuando era miembro de una tribu que vivía en una isla volcánica y fue arrojado al cráter del dios volcán para apaciguar su ira... recordó cuando era mono, recolectando miel de un árbol gigante resbaló y cayó... y cuando era un pichón que quiso aprender a volar si éxito... Y comenzó a ver un patrón común...

Abajo en el campamento, los sherpas elevaban mantras casi en trance por el alma del pobre infeliz...

Arriba y bajando, el hombre ya no quiso seguir cayendo. Extendió los brazos y comenzó a aletear... vió a la muerte... cayendo a su lado... lanzando cortes con la guadaña. El problema era que la muerte era mas liviana y el hombre mas pesado... y se le escapó de las manos...

Sus brazos comenzaron a llenarse de plumas. También su cuerpo. Y de pronto milagrosamente comenzó a disminuir la velocidad de caída... y voló!!!

Quiso reír y gritar pero solo salían graznidos y silbidos de su boca que ahora era un aguzado pico. Sobrevoló el campamento silbando al viento... lleno de júbilo. Los sherpas salieron de la tienda y le saludaron agitando sus gorros. Era la despedida.

El águila se alejó rumbo a las montañas, libre y sin preocupaciones...

A los pies del monte mas alto del mundo yacía boca arriba el cuerpo sonriente de un suicida. La muerte se erguía a su lado, cansada pero orgullosa de no haber fallado nunca en su trabajo. Si tuviera pulmones habría fumado un cigarro, si hubiera tenido estómago se habría tomado un cafe para el frío ya que literalmente se le estaban congelando los huesos. En cambio se alejó silbando un requiem en do menor y bailando el baile de la victoria . En la punta de la guadaña estaba enterrada la pluma de un águila.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola

Jajaja me has pillado, entre por error en tu flog pero me ha gustado el mensaje de al menos dejar un saludo.

Así que saludos desde Monterrey, N.L. México

Mi nombre Tania.

Anónimo dijo...

juuuuuuujuuuuuuuu hola holaaaaaaa saludos desde murcia,españa