La princesa de las hadas decidió irse del hogar y crear un nuevo reino en otro lugar del extraño mundo mágico de la Faja. Le pidió a Uld, que la acompañara en esta cruzada. Más Uld sintió temor. No temor a lo desconocido o al cambio... no... sintió temor de no tener el poder y la magia suficientes para lograr construir un nuevo reino de hadas. Los reinos de hadas son lugares místicos, centros de magia concentrada que se sustentan en base a la misma magia que los produce. Las hadas por ser seres mágicos (valga la redundancia de tanta magia), estan acostumbradas y estan seguras de sus capacidades. Uld no era un hada, ni un hado... era un aprendiz de mago. Sus poderes se reducian a poder encender una fogata con una caja de fósforos pero sin fósforos (cosa muy útil si vives en un lugar donde no hay un bazar en 100 km a la redonda)
La princesa se fué triste y enojada con su amigo puesto que este no quiso acompañarla (digamos que lo quería golpear hasta aturdirlo) y éste se quedó en su destartalada choza del bosque muy triste también, temiendo no volver a ver a su amiga hada.
-Si fuera un poderoso hechicero- decía Uld, tratando de concentrarse en convertir una habichuela en un árbol infinitamente gigante... -todo sería distinto...
Su sueño era convertirse en un poderoso mago, pero le había costado tanto trabajo entrar a la Escuela de magia, hechicería y otras artes... y le había costado tanto trabajo aprobar cada curso, le había costado tanto obtener su cartón de brujo menor... que no se sentía en lo absoluto capaz de nada... en resumen era un maldito LOSER...
De vez en cuando encontraba trabajos esporádicos ahuyentando malos espíritus y demonios, otras veces, cuando salía un buen trabajo no lo consideraban por la falta de experiencia y alguna vez perdió quizá una buena oportunidad por no sentirse capaz. Nunca tuvo confianza en si mismo. Entonces menos se sentía en condiciones de crear un gran reino de hadas.
El hada por su parte, pensaba que Uld debía salir de su choza y conocer mundo para adquirir experiencia y que mejor que ayudarla a construir un reino de hadas , pero lo que ella no entendía era ese sentimiento que Uld sentía de estar poco menos que siendo mantenido por la magia de ella sin ser capaz de volar con alas propias. Él lo había estado intentando en el último tiempo pero solo había sido capaz de evitar que su choza se cayera a pedazos.
Faltaba algo... una chispa que encendiera la magia oculta de Uld... que por cierto cuando se diera, iba a ser la mas poderosa y pura de las magias... puesto que vendría del corazón de un hombre... eh... digamos no tan malo.
¿qué pasó?... no lo sé aún... Uld en estos momentos decidió no buscar la magia afuera, sino dentro de él... veremos como le va... (yo creo que le va a ir mejor... pero nunca se sabe...)
La princesa de las hadas se fué a crear su reino pero con lo precipitado de su decision, no sabemos como le esta funcionando. A veces necesitamos un freno a tanto ímpetu... mucha magia de un paraguazo puede que no se pueda controlar bien...
Quizá Uld y el Hada si sean complementarios después de todo...
4 comentarios:
Hay muchos que tienen tanta magia adentro y no se quieres dar cuenta! De nuevo aqui, visitandote y esperando que estes bien. Muchos Saludos.
Creo que Uld podrá descubrir la magia de su interior... y teniendo mucha confianza en sí mismo logrará ser un mago muy poderoso, capaz de crear el reino más bonito para su hadita.
Y creo que también tendrá una misión muy importante que cumplir: hacer que los magos que alguna vez se sintieron como él encuentren la magia que hay dentro de ellos y así puedan lograr ser magos poderosos.
Seguramente en el camino encontrará algunos amigos magos que lo ayudarán a cumplir con esta tarea...
Digo... creo que todo resultará bien después de todo, con confianza, paciencia y persistencia... tal vez soy muy optimista... pero de todos modos es solo un cuento... o quién sabe?
Gracias por tu colaboración.
Si uno no confia en su magia, el hechizo no es sustentable en el tiempo.
Los desafios hay que vivirlos son miedos, sin temor, es imposible no arriesgar algo cuando se toma una deseción.
Abuela
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