martes, noviembre 15

La extraña aventura del Capitan Ocio (parte 1)


Ocio, the Capitán Ocio is the best friend arround the world of Absurdo!, he is extremely amazing powerfull hero. But, he isn't happy. Abs died, that suppose at least. Ocio, very sad opened the door of its house and left to look for answers...

Ocio comenzó a caminar sin rumbo fijo, sin saber a donde sus pasos lo llevarían. Tenía el recuerdo de Absurdo claro en la memoria. Sin darse cuenta había caminado toda la mañana y parte de la tarde. Cuando levantó la mirada se encontró frente a una gran mansión en la cual se podía leer un pequeño letrero: "Mansión de verano de la Doctora Bullshett. No es bienvenido".

La ira se apoderó de Ocio. Estaba frente al hogar de la mujer que mató a su mejor amigo y aunque se le fuera la vida en ello buscaría venganza (a pesar que la venganza no es buena, mata el alma y la envenena).

Con una fuerza impresionante reventó los seguros de la reja y entró al inmenso jardín en donde la Dra. tenía su colección de autos deportivos y, sobre unos pilares muy fashion, sus Cds de musica artesa (vestigios de su vida universitaria). Sacó una moneda de su bolsillo y comenzó a rayar auto por auto. Juntó todos los Cds de música lana y les aplicó ondas electromagnéticas de alta intensidad borrando para siempre aquellas canciones de fogata y protesta que tanto le gustaban a Bullsheet. Luego las emprendió contra el Audi rojo regalón de la doc. Se subió arriba del techo y comenzó a saltar hasta abollarlo por completo. -¡Maldita Bullsheet!- gritó eufórico. -¡Sal a dar la cara pinche perra diabólica!...

Como respuesta escuchó un BBZZZZZZZZZZ... que le separaba las moléculas de a una en una disgregándolo en el espacio tiempo...

Pensó en no poder volver a su hijo y le dió mucha tristeza, pensó en no volver a ver a su señora y su suegra y rió de felicidad... pensó en Abs...

...Las ganas de volverlo a ver lo llevaron a viajar más allá del tiempo y el espacio. Sólo que no se dió cuenta de aquello hasta que sintió arena en sus botas, lo cual le pareció curioso ya que solo solía haber tierra dentro de ellas. Levantó la mirada y se encontró de pronto en una extraña playa desolada y kilométricamente larga. El cielo era oscuro pero de esa oscuridad que se esfuerza en ser oscura.

A lo lejos se divisaba una isla tenebrosa, con acantilados tan escabrosos que no cabía la menor duda. Del centro de la isla subía un extraño haz de luz hasta perderse en la noche eterna.

-El Purgatorio- musitó... y comenzó a caminar por la larga playa sin saber que le depararía el destino.

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